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domingo, mayo 22, 2005

Rescátame

Déjame tus parpados
cuando anochezca
quiero dormir, olvidar...
Déjame tu aroma
necesito respirar
te vas sin mi asfixia...
Detesto este estado
donde no estas
donde nunca vas a estar.

No estar!

Quizás todo se pueda centrar en no estar, salir de aquí, salir de allí, de allá o de ningún lugar, no importa donde quiera escapar, no importa donde quiera ir, si es eso lo que quiero; pero todo eso no importa no porque no lo quiera, no porque no sepa, no porque no me interese. Todo lo que quiero es simplemente no estar, pero ni siquiera es mi cuerpo el que me lo impide, ni simplemente mi alma. ¿Qué se es sino cuerpo o alma? ¿qué es el cuerpo sin el alma? ¿qué es el alma si no tiene soporte en una materia corporal?
Quizás todo se pueda centrar en pensar que debo estar, porque por más que me atrofié pensando, no puedo evitar este estado que me obliga a quedarme encerrada en esta condición de mi ser, de mi ser cuerpo y alma eternamente, atada yo (y mi cuerpo y mi alma) a un espacio tan finito que roza el limite de la infinidad junto al tiempo que siempre fue el futuro dependiendo del pasado y que en suma me da este absurdo de presente, donde solo sigo siendo y nunca dejo de estar...
Es por eso que ya no estoy.

sábado, mayo 21, 2005

Pequeña en mi ser

Me recorre esa sensación
que embriaga mi ofuscación,
cuando tus pies caminan cerca
y maltratas mi pequeña existencia
ante ti, pequeña en mi ser.
Escurre el agua que me mantiene
donde los ángeles vuelan
porque te acercan
en estado de sofocacion.
Nada mas quiero entenderme
solo un poco mas yo
dejar de crearme fantasias
dejar de soñarte conmigo.
¿Porqué dejaré que me oprimas el ALMA, mi ALMA?

Si pudieras también tu

Ya te fuiste y yo ni siquiera
quise tomar sol frente a tu mar,
olas que se acercan pero se van
vienen en mi búsqueda que no se da.
Cobarde hasta en mis suplicas
late en mi sangre tu amor
y las palabras suenan y resuenan
donde oídos huecos las oyen.
Imploro rodearte eternamente con mis brazos
dando brincos y besos de salvación
emanando fuentes de misericordia
en una juventud de vos.
Partiste, sola quedo yo
viviendo en el anhelo de tus ensueños
queriendo tomarte en soplo del viento
de este martirio y desquicio
donde solo estoy queriendo yo.

No te imagino así

Como se contiene
todo el sentimiento
que escondo adentro
y no puede salir (ver la luz).
Como hago para no titubear
en mi decisión de no contarte
todo lo que por vos
escondo en mi sangre.
Como hago con tus diarias caricias
que ingenuas no sienten que me estremecen
mientras el corazón palpita
un susurro por otro estilo de amor.
Los besos que tus labios me dejan
los imagino marcando huellas en mi cuerpo entero
siendo tu, mi más tierna mariposa
de ágiles alas, posándote sobre mi.
Pude pararme en la cornisa
pero se necesita más para que me veas
necesito saltar, arrojarme a tu lugar
pero no quiero arriesgar nuestra amistad.

Vamos a correr

Corrimos hasta que nuestros latidosnos aturdían. Detrás nuestro venían ellos, no importaba como eran porque lo principal era correr y correr asta que no nos vieran más.
Por suerte llegamos, sin querer, a mi casa. Te dije que nos fueramos rapido por el fondo, porque mientras demorabamos a entrar por el frente podían encontrarnos.
Rodeamos la casa, entramos en una galería que estaba oscura porque había olvidado dejar encendida la luz.
Mientras buscaba en mi cartera las llaves te di nuestro primer beso.
Cuando ya estabamos seguros con la puerta cerrada y la alarma encendida, fuimos despojandonos desenfrenadamente de nuestras ropas a la vez que subiamos por la escalera. Habiamos corrido tanto que nuestra adrenalina era demasiada y ambos descubrimos cual era el máximo del extasís entre el miedo y la seducción.
--¿Por qué no llamaste a la policía? --me dijiste mientras nuestros cuerpos fulminados parecían fundirse distendidos entre las sábanas y el colchón.
--Porque de nada serviría --respondí tratando de restarle la menor importancia.
--Podría ser uno de ellos. Quizás venían detrás nuestro porque me seguían a mi.
--No lo creo --sonreí, pero en realidad contuve una carcajada.
--¿Cómi estás tan segura? Recién me conocés.
--En realidad, te conozco hace tiempo.
--¿Si?
--Si. Y en realidad, lo de hoy fue puro invento.
--Los Crisantelmos son los que mas me gustan...
--A mi no me gustan la flores.
--¿Por qué?
--Porque son como vos!!!!

Lejos de mi

Transitaba en esta tarde
que está por llegar al horizonte
cuando descubría que me asfixiaba
la ausencia que me dabas.
Buscaba algún consuelo
que se haya extraviado en recuerdos
pero eso punzaba mi alma
que en el mar se extraviaba.
Tomé el valor necesario
caminé hacia el sótano
y me encerré en la oscuridad
para que me asesinará junto a mi temor.
A pesar de todas las lágrimas desparramadas
a pesar de mi encierro en la nada
no logro extirpar la necesidad de ti
en esta tarde que te vuelves a ausentar.

lunes, mayo 09, 2005

Quería respirar

Quebrantado mi llanto
ya cansado...
observé en el horizonte
mi más noble impresión
donde toda desesperación
agotó su inútil ilusión...
Migajas de superstición
en irrevocables anuncios de amor
fastidiados por tu presencia
mientras despedazada quedo yo.
Mientras tarareo una canción
que desafino al no encontrar sol mayor
que ilumine mi estado
de sofocación.
Aunque el cielo no es conciente
pude descubrir que el manto que recubre
a mi ser sonriente
era porque al encontrarte
descubrí un alma...
Un alma que se fundió en la mía, eternamente.

Imaginando

La alarma del reloj me indicó que ya eran las 3 de esa madrugada sonámbula. Casi no se percibía la luz porque mis ojos no la soportan. Podía respirarse el aire impregnado de los incontables sahumerios prendidos y el resto de alguna otra sustancia. Las paredes eran una inútil guarida que no podían esconderme de mi misma y yo solo yacía sobre la alfombra y rodeada de almohadones.
Jugaba a tratar de mover con la mente el foco que cuelga de un cable y desciende del techo quedando a medio metro del piso. Nunca lo logré. Creía que tenía un poder particular y nunca lo hallé.
Entonces, aburrida de eso ya, provoque a mis pensamientos aburridos y jugamos una pulseada que Nadie ganó. Nadie era Odiseo. Pero en el mito, Odiseo siendo Nadie gana, acá no.
Imaginé como sería mi muerte y me gustó. Así que planee todo, arme el escenario en mi mundo interno y me suicidé.
¿Qué hora era cuando me dormí? No importa, esta madrugada jugaré en otro escenario.

Sentirlo

Me deslizaba en la vida
como un pájaro inocente
tan feliz
como los absurdos arco iris,
tan infeliz
como las almas olvidadas.
Era en esta tarde más
otra tarde como las de antes
que tu vida se desmoronó ante mi
buscando otra existencia, es que te vi.
Vivo, muerto
muerto, vivo
confundías cual era la existencia perfecta
pero de todos modos, decidiste morir.
Tu ser era tan importante para mi
que daba igual si existías o no,
nunca antes te había visto...
pero fue angustia en lo que me transformé
y estrujé mi alma pensante
que en esta noche solitaria y de lágrimas
ha vuelto a regresar, luego de su pasajera muerte
porque en esta noche he descubierto
en todos los poros que me recubren
que llegará el día en que moriré.

Ansiedad

Estoy esperando y sé no llegará
mi ansiedad se incrementa
cuando los segundos me acercan más
al precipicio donde, no sé, para que estás.
Quiero aliviar esta extrema sensación
que asfixia mi tranquilidad
trasladándome donde ya no quiero estar,
la ansiedad de volver.
Al menos ruego un espacio
donde acomodar el resto de mis restos
porque no se donde terminaré
cuando el camino ya no lo sea más
y no sepa porque senda andar.
Caerá sobre mi espalda
el aluvión de reproches asesinos
que pudrirán, nuevamente, mi alma
que destruida, otra vez, suplicará
un intento por volver a respirar.

Es que si es así

Ciegos están mis cielos
pero el néctar de tu seducción
resuena en el fondo de mi voz.
Temblor de cascadas internas
caricias de sucios recuerdos
que mitigan mi presente.
Estas impregnado en cada instante
constante olvido de que no estás
porque veo en el seno de tu sonrisa.
Punzas la realidad
donde todo es dolor
que tatúa mi sufrimiento.
Contra la locura
es que he quedado
donde ya no quedan puertas a la liberación.
Desparramada por doquier
tanto como igual a tu ser
es que estoy tratando de armarme
arrastrándote a mi transformación.

La escena deseada

Ya son casi las 5 de la tarde. No puedo creer que por primera vez me haya quedado dormida y encima ante tan importante eventualidad. Hoy es el día que comencé a anhelar hace dos meses, cuando... o en realidad hace un año y medio, pero mis expectativas se veían más concretas desde hace siete semanas cuando repartimos los personajes de la obra, que hoy a las 2:30 tendría que haber ido a ensayar.
La noche de anoche, como tantas otras, fue una noche de recorridas. Fui como una mariposa, o más bien como un murciélago, porque era la oscuridad serena la que me albergaba y ante los primeros rayos de claridad, con el alma dolorida, tuve que regresar. Entre las luces coloridas, el flash de cada boliche y el éxtasis que conseguía con el transcurrir de las horas, es que te estuve buscando. ¿Para qué? Para que si iba a terminar a las 5 de la madrugada, como tantas otras veces, en la esquina de tu casa observando por el vidrio polarizado de mi auto, esperando allí postrada una vez más, solo para verte llegar.
Espere hasta las 8 y no te vi llegar con nadie, es más ni te vi llegar. Me lamentaba haber recorrido hasta el barsucho más recóndito y haber perdido tanto tiempo en vez de buscarte allí.
Luego de deliberar si era oportuno llegar a las 8 de la mañana y de haberme dado cuenta que era más oportuno que llegar a las de la madrugada, me decidí.
Me miré en el espejo y no lo niego me daba un poco de lastima, no solo por mi aspecto físico producto del alcohol, las drogas y el llanto; sino también por mi alma desahuciada que se arrastraba por una obstinada obsesión. Bajé del auto, camine hasta tu puerta y luego de presionar el timbre, mi sangre recorría las venas al ritmo de un ruego que pedía que solo tu salieras.
Pero allí se asomó ella, castaña, de no más de 1,60, ojos verdes y simpática sonrisa; que ante mi llanto de saber que no estabas, trató de consolarme como si fuera mi madre y no l tuya.
Luego mi cuerpo se esparció sobre las sábanas solitarias de mi cama, la última vez que vi la hora eran las 10 y mi mente comenzaba a cesar de tan veloces y fugaces pensamientos. No sé cuando pero aparentemente me dormí.
Había escuchado algunas voces, ellas fueron las que me despertaron. Mientras me odiaba por haberme dormido me di un baño fugaz, pero suficiente como para disimular un poco mi estado.
Ya son las 5:05 de la tarde y en esta parada de colectivo espero. Mi ansiedad comienza a masturbarme y el legado de anoche me hace sentir que estoy volando parada y el colectivo no llega.
Hoy era el ensayo de la escena del beso de Romeo y Julieta, y yo era Julieta. Tanto busque anoche a Romeo que no comprendo el inútil tiempo perdido y la incompatibilidad con mi demora.
Lo más detestable de todo fue llegar y ver mi reemplazo, ahí estaba Romeo besando otros labios, labios que anoche lo encontraron. Esto era la realidad y ahora entrábamos a escena.

Sobreexistencia

Solo sombras es la noche en la que vivo
y hoy quiero partir, escapar, marchar...
no se que rumbo tomar, no puedo conducirme
me llevaron tan lejos de mis adentros
que estoy sintiendo verdadera desesperación.
Comienza a asfixiar este martirio
es tu respiración que quita mi aire
mis sueños estan vacíos, ya no son bohemios
cuando amanezca yo estaré allí
a la espera de esto que no puedo ver.
¿Cómo sería la vida sin sufrimientos?
porque sería un intrincado laberinto de espejos,
esos malditos que te devuelven tu desgracia
una refracción de opuestos y amigos
una carta que tuvo una mala partida.
Seres que huyen capaces de ser serpientes
que en su trajín se retuercen, frios, venenosos
abrigo de unas madrugadas,
nunca fuiste día, ya de nada sirves.
Creo, por fin, que comienzo a anclarme
en otra maldita realidad
no menos sombría que la tuya
pero capaz de volver a estar.

jueves, mayo 05, 2005

Sigues...

Desvanece de mi nariz
el perfume que de ti amé
llegando a la oscura incertidumbre
que me lleva a quererte
cuando dejaste de estar...

respirame

queria que tu respiracion
me dijera cuanta superficie
queda en esta ambicion
desnuda de pasión.
Nada dice, nada queda
solo la nostalgica depresion
de saber que algo pasó
y nunca sucedió.