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sábado, mayo 21, 2005

Vamos a correr

Corrimos hasta que nuestros latidosnos aturdían. Detrás nuestro venían ellos, no importaba como eran porque lo principal era correr y correr asta que no nos vieran más.
Por suerte llegamos, sin querer, a mi casa. Te dije que nos fueramos rapido por el fondo, porque mientras demorabamos a entrar por el frente podían encontrarnos.
Rodeamos la casa, entramos en una galería que estaba oscura porque había olvidado dejar encendida la luz.
Mientras buscaba en mi cartera las llaves te di nuestro primer beso.
Cuando ya estabamos seguros con la puerta cerrada y la alarma encendida, fuimos despojandonos desenfrenadamente de nuestras ropas a la vez que subiamos por la escalera. Habiamos corrido tanto que nuestra adrenalina era demasiada y ambos descubrimos cual era el máximo del extasís entre el miedo y la seducción.
--¿Por qué no llamaste a la policía? --me dijiste mientras nuestros cuerpos fulminados parecían fundirse distendidos entre las sábanas y el colchón.
--Porque de nada serviría --respondí tratando de restarle la menor importancia.
--Podría ser uno de ellos. Quizás venían detrás nuestro porque me seguían a mi.
--No lo creo --sonreí, pero en realidad contuve una carcajada.
--¿Cómi estás tan segura? Recién me conocés.
--En realidad, te conozco hace tiempo.
--¿Si?
--Si. Y en realidad, lo de hoy fue puro invento.

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