Tendría que erradicar el silencio
imaginarme el vuelo fugaz
y vivir sin deambular.
Quisiera tener magia
volver al futuro un recuerdo
secar tus ojos heridos, besarte.
Tengo escondidas las ganas
pero reparto migajas de sonrisas
a tus alas resquebrajadas.
Sueños enarbolados
entretejen nostalgia
y desespera la tristeza, el hoy.
Abrazo acongojado
agazapada ternura
pestañas caídas.
1 comentario:
Ni han tus pupilas, niña nalca, verdes
ni ha tu silencio alguna vez mentido:
que no te burles de mi afán cobarde
ni por la noche ni con cada latido.
Toda tu vida corazón al mar
lleva consigo presa tuya la mía,
cual un botín que no se puede ocultar,
aunque te calle la boca dormida.
Y si te aparto de mi vista al fin,
un suspiro infinito que mudo reposa,
despierta y me embarco hacia ti.
¡Oh, niña, déjame pensar en otra cosa!
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