Estoy esperando y sé no llegará
mi ansiedad se incrementa
cuando los segundos me acercan más
al precipicio donde, no sé, para que estás.
Quiero aliviar esta extrema sensación
que asfixia mi tranquilidad
trasladándome donde ya no quiero estar,
la ansiedad de volver.
Al menos ruego un espacio
donde acomodar el resto de mis restos
porque no se donde terminaré
cuando el camino ya no lo sea más
y no sepa porque senda andar.
Caerá sobre mi espalda
el aluvión de reproches asesinos
que pudrirán, nuevamente, mi alma
que destruida, otra vez, suplicará
un intento por volver a respirar.
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